Portabilidad eléctrica: separación estructural de la distribuidora garantizará la competencia

Portabilidad eléctrica: separación estructural de la distribuidora garantizará la competencia
La gerenta de Mercados y Regulación en Emoac Energy Group analiza el proyecto de ley que está en el Congreso, planteando que si el avance hacia la comercialización es un éxito, marcará un espiral virtuoso hacia el desarrollo de la electromovilidad y los sistemas de almacenamiento distribuidos.

Optimista se manifiesta Vannia Toro, Gerente de Mercados y Regulación en Emoac Energy Group, al analizar el proyecto de ley de portabilidad eléctrica, que forma parte de la reforma a la distribución, para modernizar este mercado, aunque advierte la necesidad de perfeccionar algunos puntos de la iniciativa.

La ejecutiva es ingeniera civil electricista en sistemas de potencia de la Universidad de Chile, además de tener un máster en Evaluación y Gestión de Proyectos de la Universidad Adolfo Ibáñez. Ha ejercido docencia en la Universidad de Santiago y anteriormente se ha desempeñado como ingeniera de Estudios en la Dirección de Planificación y Desarrollo del anterior CDEC SIC (actualmente el Coordinador Eléctrico Nacional).

Análisis

¿Cuál es el análisis que hace respecto del proyecto de portabilidad eléctrica?


Es un proyecto clave para modernizar el sector eléctrico de cara al usuario final. Una reforma que tiene beneficios directos y palpables para los clientes, ya que permitirá incorporar nuevos esquemas de tarificación a elección, desarrollo e implementación eficiente de nuevas tecnologías en las propias instalaciones de los clientes, como almacenamiento, electromovilidad y autogeneración, entre otros, lo que dará paso a la implementación de redes inteligentes para hacer uso de valor de estos nuevos servicios, que complementarán la propuesta de los oferentes.

La posibilidad de elegir al proveedor energético por parte del cliente resultará de beneficio para el sistema eléctrico y los usuarios. Bajo el esquema monopólico actual para clientes regulados, no se generan los incentivos de mercado asociados a la incorporación de nuevas tecnologías o servicios energéticos, puesto que naturalmente las empresas distribuidoras, como suministradores directos de clientes "cautivos", se apegan a los requerimientos, precios y calidad normativa, no existiendo el incentivo adicional a la prestación de un servicio diferenciado o con valor agregado respecto de otros suministradores. Así, y como requisito esencial de la participación de un oferente en un mercado competitivo, es necesaria la prestación de un servicio de calidad, con valor en la aplicación de las mejores prácticas y precios para mantener clientes fidelizados, por lo que incorporar competencia en la comercialización está acorde a las tendencias internacionales y es una medida que alcanza un amplio consenso.

¿Está de acuerdo en que se deben clarificar mejor ciertos aspectos de la iniciativa, como se ha planteado en el Congreso?


Comparto esa visión. El éxito del proyecto de ley de portabilidad depende de la competitividad que se logre incorporar a este mercado, por lo que es fundamental separar las actividades de empresa distribución de las que son propias de la comer lización, para que no existan barreras de entra( o distorsiones en la competencia y el acceso. Es importante separar las aguas entre mercados monopólicos y mercados competitivos, con la finalidad de evitar que las actuales empresas de distribución monopolicen la comercialización. En general, esto se conseguiría con una separación jurídica de las funciones en diferentes compañías, con patrimonio propio y una separación contable entre empresas con filiales de distribución y de generación. Es un tema que la mayor parte de los expertos lo han hecho notar en el Congreso como una materia fundamental que es necesario incorporar. Inclusive, esta temática es
una recomendación OCDE para el desarrollo de mercado.

¿Qué le parece que el proyecto se haya separado con el de calidad de servicios y de recursos distribuidos?


Es perfectamente separable, ya que la portabilidad es una temática que dice relación con la creación de un mercado nuevo y su regulación, materias que no competen a las empresas distribuidoras ni dicen relación con su giro. Mientras que la calidad de servicio es un asunto que tiene relación con las empresas distribuidoras y es de carácter técnico-operativo. Son temas que pueden tratarse de forma separada. Por otro lado, los recursos distribuidos son una tercera arista, que dice más bien relación con un mercado emergente, que creo merece estudiarse y meditarse un poco más antes de iniciar su tramitación como un proyecto de ley.

¿Qué impacto prevé en la conformación de un nuevo mercado para la comercialización?


Todo cambio resulta algo complejo desde el punto de vista de adaptación, pero no por eso difícil. En los últimos años hemos visto en diferentes mercados, telecomunicaciones, transporte e, incluso, la industria musical, cómo han aparecido las figuras de segmentos intermediarios o brokers, que no solo bajan los precios, sino que además mejoran la calidad de atención al cliente, que de seguro será el caso de las empresas que comercialicen.

Los primeros años claramente habrá una marcha blanca, pero es cuestión de que se ordene el crecimiento del universo de clientes libres para que las empresas comercializadoras, los incumbentes, y también las instituciones relacionadas con el sector eléctrico, tengan tiempo de acomodarse a esta nueva realidad. Es de vital relevancia para el mercado y su operación, la necesidad de incluir un nuevo principio de la coordinación, que dé cuenta de este nuevo mercado, de modo de garantizar su acceso y competencia, de forma equivalente a como hoy existe el principio de seguridad de servicio, de operación económica y de acceso abierto a las redes de trasmisión.

¿Qué impacto puede tener la portabilidad en el desarrollo de la electromovilidad?

La portabilidad es uno de los mercados que funcionará colindante a los sistemas de distribución y con relación directa con el cliente, algo que ya se está viendo. Si logramos que la comercialización sea un éxito por medio de la inclusión de nuevos actores y mayor competencia, es de esperar que la electromovilidad también lo sea, así como otros mercados que se avecinan, como por ejemplo los sistemas de almacenamiento distribuidos. Pero, para que todos estos mercados sean una realidad y beneficien al cliente, es fundamental que la regulación garantice la competencia de todos quienes participen, para que exista acceso asegurado al mercado, a las redes, a la información y a los clientes.

A su juicio, ¿qué ajustes se le deben hacer al proyecto de portabilidad?

Lo más relevante es garantizar la competencia con la separación estructural de las distribuidoras. Si bien hoy tienen giro exclusivo y no pueden participar de este mercado, sí lo pueden hacer empresas filiales o relacionadas, lo que claramente es una distorsión del mercado. que genera barreras de entrada, concentración y termina afectando los precios de los clientes finales.

Además, sería importante que se defina un cronograma de implementación de corto plazo, puesto que esto no está estipulado en el proyecto de ley. De lo contrario podría extenderse por mucho tiempo, ya que la implementación depende de reglamentos y resoluciones exentas de la CNE. Es mucho mejor que todo esto quede dentro de la Ley, de forma que el mercado quede establecido.

Una vez que salga adelante este proyecto, ¿cuáles son los desafíos pendientes que aprecia para las nuevas formas de comercialización de energía?


Uno de los desafíos es, sin duda, su implementación, en cómo hacemos que la portabilidad llegue lo más rápido posible a todos los clientes sin afectar los contratos de suministro regulados de largo plazo ya firmados con las empresas de generación. Para otra parte, para conseguir un proceso de implementación exitoso se requerirá trasferencia de información sencilla y clara a los clientes, probablemente mediante campañas masivas por parte de los comercializadores, pero también por parte del sector público.